Estadio Chile
Y riéndose nuestros
captores nos decían:
Cántennos ahora
unas cancioncitas
de Víctor Jara o del
Quilapayún…
Y hechos pedazos
les respondíamos
en los estadios
chilenos:
Jamás cantaremos
cantos del Señor
en las malditas
cárceles de Babilón.
Entonces se vio el estadio chileno ya sin nadie vacío
arrumbado sobre la nieve muerta
Mostrando entre sus abandonadas graderías las cumbres
y más allá un mar y más allá del mar un cuerpo con los
brazos cortados
boca abajo como flotando
Acercándose tras las nevadas muertas que una vez fueron
cubriendo al país tomado Hubo una vez quizás un sueño
y eran como largas pozas las caras que se asomaban en la
noche llamándote… Sí: pero ahora te rompes caes
y la
noche atroz de Chile te sopla en los vaciados ojos donde
muy lejos se escucha aún el mar el recuerdo de Amanda
la canción de alguien que se mira las manos levantándose
como
seguro se levantaba tu corazón…
Raúl Zurita. Zurita.
Editorial Delirio, 2012.
Imagen: Estadio de Chile, 1973.
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