lunes, 31 de agosto de 2020

DECLARACIÓN DE GUERRA


Sobre lo que iba a ser el campo de batalla se encogieron de golpe las margaritas y los peronés

No pelearíamos con las argucias y las armas de costumbre

Los galones los entorchados y las medallas temblaron al oír el canto de los jilgueros y el murmullo de las raíces

Nunca hubieran pensado que la venganza vendría de lo alto de los árboles de debajo de las piedras

El eco futuro de los cañonazos ensangrentó los oídos de los taxidermistas

y cubrió de niebla las pupilas dilatadas de los cuarteles generales

No hubo tregua.




Sacha Viveros. La semilla que incendió el invernadero. Cinabrio, 2020.

Imagen: Víctor Brauner. Autoportriet premoniție, 1930.

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