lunes, 25 de octubre de 2021

1936


 

RECUÉRDALO tú y recuérdalo a otros,

Cuando asqueados de la bajeza humana,

Cuando iracundos de la dureza humana:

Este hombre solo, este acto solo, esta fe sola.

Recuérdalo tú y recuérdalo a otros.

 

En 1961 y en ciudad extraña,

Más de un cuarto de siglo

Después. Trivial la circunstancia,

Forzado tú a pública lectura,

Por ella con aquel hombre conversaste:

Un antiguo soldado

En la Brigada Lincoln.

 

Veinticinco años hace, este hombre,

Sin conocer la tierra, para él lejana

Y extraña toda, escogió ir a ella

Y en ella, si la ocasión llegaba, decidió a apostar su vida,

Juzgando que la causa allá puesta al tablero

Entonces, digna era

De luchar por la fe que su vida llenaba.

 

Que aquella causa aparezca perdida,

Nada importa;

Que tantos otros, pretendiendo fe en ella

Sólo atendieran a ellos mismos,

Importa menos.

Lo que importa y nos basta es la fe en uno.

 

Por eso otra vez hoy la causa te aparece

Como en aquellos días:

Noble y tan digna de luchar por ella.

Y su fe, la fe aquella, él la ha mantenido

A través de los años, la derrota,

Cuando todo parece traicionarla.

Mas esa fe, te dices, es lo que sólo importa.

 

Gracias, Compañero, gracias

Por el ejemplo. Gracias porque me dices

Que el hombre es noble.

Nada importa que tan pocos lo sean:

Uno, uno tan sólo basta

Como testigo irrefutable

De toda la nobleza humana.

 

 

Luis Cernuda. Desolación de la Quimera, 1956-1962. En La realidad y el deseo (1924-1962). Círculo de Lectores, 1992.

Imagen: Tom Mooney Company, Lincoln Battalion. Jarama, c. 1937.

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