El saco roto,
y un reguero de sangre
hasta otro expolio.
Conrado Santamaría. Salario (Rensaku de explotación). La Maldita, 2022.
Imagen: Bruno Barbey
El saco roto,
y un reguero de sangre
hasta otro expolio.
Conrado Santamaría. Salario (Rensaku de explotación). La Maldita, 2022.
Imagen: Bruno Barbey
Nos han cambiado el sudor
por el corazón de un barco.
Por el napalm y la bala
nos han cambiado el abrazo.
Nos han cambiado el amor
por un puñado de uranio.
Nos han cambiado los ojos
por un radar amaestrado.
Y nos han cambiado el padre
y el hijo por el soldado.
Jorge Debravo. Los Despiertos, 1972. En Entre los poetas míos… Jorge Debravo. Cuaderno 52 de Poesía Social. Biblioteca Omegalfa, 2013.
Imagen: Bruno Barbey. South Vietnam, An Loc. Aftermath of US bombing. 1972.
Tanto me cago
en el rey como en el rey,
el emérito.
David Trashumante. Errequerre. Breve antología panfletaria. La Consentida, 2022.
Imagen: Bo Bartlett. Oligarchy, 2016.
La ignorancia incentiva y fortalece
esa mano desleal, casi oculta,
que oscurece con bullas de sombras las estancias.
Detrás de la pantalla
proyectan hormigueros con mordaces discursos:
el oro y la sed como nuestra carne genuina,
la ilusión de lujurias con sus clamados cielos,
el polvo del hastío, sin sabor,
con todos los abrazos mitigados…
Por nosotros repiensa y determina
la crónica de héroes y etiquetas de modelo,
el señuelo rosado de las alcantarillas,
la alquimia en el desnudo del vivir
con sus caras de fama inasequible
palpitando por las habitaciones.
Es el ojo guardián, con párpado de filtro,
la panoplia de enredos que diluyen
el espanto con flores de epidemia,
la epidemia hipnótica de los días,
y su máscara muda acostándose al lado
con las arpas somníferas.
Es un cacto grosero
que echa raíces en el dictamen de los dedos
morada del censor, que no ejerce,
un cacto en los ojos que se adormilan.
José Morán. Los silencios guardados. Denes, 2008.
Imagen: Toshihiko Okuya
Lo prostituyen todo
con su ánimo gastado en circunloquios.
Lo explican todo. Monologan
como máquinas llenas de aceite.
Lo manchan todo con su baba metafísica.
Yo los quisiera ver en los mares del sur
una noche de viento real, con la cabeza
vaciada en el frío, oliendo
la soledad del mundo,
sin luna,
sin explicación posible,
fumando en el terror del desamparo.
Gonzalo Rojas. Concierto. Antología poética (1935-2003). Selección y prólogo: Nicanor Vélez. Galaxia Gutenberg, 2004.
Imagen: Odd Nerdrum