Sísifo, a 44 grados,
también rueda y se desmiga, pero hoy
no se le vio en los campos de sandías
socorriendo aves desplomadas
o temporeros abrasados
como Eleazar, el ilegal.
¿Quieres más sandía?, se oyó en la mesa
a la misma hora en que la historia
parecía hundirse y solo se plegaba
como collar enredado en bucle,
donde la roca vuelve a ganar.
Por última vez, ¿quién quiere más sandía,
a dos cincuenta, a tres de agosto,
sin agua ni sombra, después Dios?
María Ángeles Maeso. ¿Quién es se? Huerga y Fierro, 2022.
Imagen: Rufino Tamayo. El comedor de sandías, 1949.
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