Creo yo, Joan, que algo de lo que dices es precisamente lo que enuncia el poema, que el mundo, este mundo construido por un omnipotente Dios –llámese Idea, Dios, Sujeto, Capital–, es inhabitable. Aunque, de momento y desgraciadamente, solo contamos con nuestro grito de protesta, con nuestro no consentimiento, sí sabemos que no se puede perpetuar o repetir. Salud!
Por una vez -aunque con prudencia y recato- disiento: hacer que el mundo sea mundo. Esto es, habitable. Esta es la tarea.
ResponderEliminarEn ningún caso adjudicarse el papel de otro Dios que, en su omnipotencia, quiera crear otro mundo supuestamente mejor.
Creo yo, Joan, que algo de lo que dices es precisamente lo que enuncia el poema, que el mundo, este mundo construido por un omnipotente Dios –llámese Idea, Dios, Sujeto, Capital–, es inhabitable. Aunque, de momento y desgraciadamente, solo contamos con nuestro grito de protesta, con nuestro no consentimiento, sí sabemos que no se puede perpetuar o repetir. Salud!
EliminarBienvenida sea la afluencia que tú vislumbras, Conrado.
ResponderEliminar¡Salud! ... para ti, para el mundo y para los que en él trasegamos.
... trasegamos sentidos. Salud!
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