domingo, 10 de febrero de 2013

Endecha


¡Ay, tierra mía!, antes tan rica,

no alientas nada, nada ya crías,

salvo miseria, muerte y ceniza.


Ahora tú eres dos chimeneas,

dos rotas torres, que ya no humean

y un cementerio que a nadie espera.


La lluvia oxida campos desiertos,

casas vacías, calles sin ecos,

el agua espesa de un río muerto.


¡Ay, tierra mía!, antes tan rica,

ahora tan pobre, por tu codicia.

De ti me alejo dando noticia.

Conrado Santamaría. Cancionero de escombros con hoguera. Trabuco, 2014.
Imagen: George Yoshitake, 1950.

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