miércoles, 19 de diciembre de 2018

Ganas de llorar


Cielo, nubes negras,

el bar, las sillas:

como piedras sin sueños.


Vacío,

el mundo empezó a ser nada,

se sentó el desconsuelo

en paredes llanas y antiguas;

honda, hondísima tristeza.


Era temprano o quizás

los días no se movían.

Todo olía a tragedia, azufre.

Busqué, escarbé con sangre de uñas.


¿Cuándo nos hicimos tan ciegos, tan quietos?


¡Cómo crecimos en fronteras!

Era tarde o quizás

pudimos salvarnos,

pero fue el fin del mundo.





Cristina Boyacá. Óxido. La Vorágine, 2018.

Imagen: Francesca Woodman. House, 3. Providence, 1975-1976.

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