¿Por qué será que en las veredas
plantamos aromos, plátanos y acacias?
¿A nadie se le ocurre cerezos, durazneros o naranjos?...
Nada tengo contra el árbol que da sombra
y atrapa en sus hojas partículas que dañan,
pero qué lindo ver a pleno sol durazneros a lo largo de la cuadra.
Dirán que la vereda no es lugar para el deseo,
pero la Tierra, la Tierra tiene dueño en toda su extensión.
¡Que los naranjos nos cuiden del cansancio!
¡Que en invierno el cerezo se quede sin hojas
y loco de alegría se vuelva en primavera!...
Que la lluvia colabore con el agua y si no llueve
que salgan los vecinos con sus baldes.
Germán Arens. Mientras las vacas abrevaban cerquita. Hemisferio Derecho, 2020.
Imagen: Teruhiko Tsuchida
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