Dama de negra toca,
un celemín quisiera, un dedalito
de miel para este pobre; llueven palos:
ve qué hocico tan duro
se me ha puesto en la vida. Si no unto
mi diente de dulzura
no me dejan entrar en el sarao
ni en el mesón; la puerta
me trancan, su merced.
Abeja mi maesa, agárrate a mi pata,
abre tu vuelo a la redonda, sube,
zarpa hacia tu país
donde es agosto siempre y cuánto ámbar.
Luis Feria. Salutaciones, 1985.
Imagen: Iván Nikoláevich Kramskói. El apicultor, 1982.
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