aquí se esculpe con los ojos oídos
ojalá las imágenes se basten a sí mismas
pero lo que dicen es y debe ser
otra cosa
del dueño amando hasta el olor de los billetes
se los refriega por la trompa y los párpados como un artista las teorías
en boga nada malo si mantuviera los ojos semiabiertos y la nariz
parcialmente despejada
como este día en el puerto un buque
de carga se agranda conforme pierde definición la tarde
y trae a dos mil asilados
esto se trata de dos amigos que conversan de otra cosa
mientras gozan las imágenes que trafican láminas del álbum
de fútbol o monitos que incluyen la faltante para completarlo
fotos del fin de semana en la playa de un cumpleaños familiar
si no olvidable de exnovias que renuevan su ricura
desde el paso del tiempo y bajo el humo del asado o del cigarro
del catálogo de autos que jamás podrán comprar de pin ups
u otras bagatelas del recuerdo
y el recuerdo puede ser instantáneo
esto también puede tratarse de una madre y un hijo
o uno solo de los amigos conversándose en voz baja
mientras las imágenes se le traspapelan echado en y de un hotel
de la ciudad donde vivió toda su vida
Enrique Winter. Lengua de señas. Alquimia, 2015.
Imagen: Christer Strömholm
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