Mi dios no mira Mi dios no oye Mi dios no es y eran
aviones en fuga escribiendo en el cielo
Sobrevolando las irradiadas ciudades que iban surgiendo
en la inmensidad del alba como lejanos sueños olvidados
al despertar
Y son como brumosos prados que reaparecen en un sueño
o colinas reaparecidas de pronto imágenes con jardines
y niños que juegan a volverse cenizas bajo las abrasadas
ciudades
Mientras los bombarderos del sueño y la locura vuelan
sobre ellas escribiendo en el cielo Mi dios ¿por qué?
Dios mío ¿no me oyes? Amor mío ¿no me ves? Y es
la piel pavorosamente quemada de un niño el cielo
pavorosamente quemado del amanecer… Se reporta:
miles de niños suben como pequeños soles al amanecer
Se reporta el hongo del amanecer Se reportan mares
de ceniza y sangre bajo los cielos en fuga del amanecer
Raúl Zurita. Zurita. Editorial Delirio, 2012.
Imagen: Christer Strömholm. The Fire Feast, Tokyo, 1963.
Dios es ciego, sordo e inmóvil. Por eso cualquiera puede decir "mi" Dios. Dios sólo hambre tiene y los hombres a esa hambre sacrifican a sus hijos. Y cielos yéndose. Continuamente.
ResponderEliminarDios es la proyección de nuestra indiferencia hacia lo Otro y de nuestra apetencia de lo Mío. De ahí su voracidad e insaciabilidad. Salud, Joan.
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