A las madres de Soacha,
que les arrebataron sus hijos.
Cuando amamantaba,
mis pechos pesaban,
sentían el llamado de tu llanto de hambre.
Un arroyo de leche bajaba
y se empozaba en ellos.
Años después, siento el mismo llamado,
pero no estás en mis brazos
¿Será que bajo tierra los hijos
arrebatados tienen sed,
y por eso mis pechos vuelven a pesar?
¿Será por eso que mis pies, se arraigan
a la tierra como raíces,
para ser el árbol que quita el hambre
de los que han partido?
No lo sé, solo sé que hay
una sed cercana a mí que no se quita,
porque mis pechos pesan
y la sangre se empoza en ellos.
Carmen Alicia Pérez. Poemas de la sed. Casa Bukowski, 2023.
Imagen: Carlos Saavedra. Serie Madres Terra.
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