El asesino, virtual;
las balas,
virtuales;
la cabeza,
real
mente
destrozada.
Salustiano Martín
Tú, que te mueres por decir nosotros,
prueba con el puñado de esdrújulas
que cada mes se caen con los ojos
empapados de vértigo y cemento.
Esta vez la viga de hierro le ha partido
el alma y todo lo demás
a uno de los nuestros. –Déjalo así.
El que subió a la construcción como si fuera único
tenía una edad como la tuya,
igual número de hijos,
tu mismo contrato temporal
y una jornada tan completa como tú
de piedra y máquinas al aire.
Cualquiera muere a contramano interrumpiendo
el sábado. Cualquiera, vislumbrándose de tierra,
dice nosotros y queda igualado.
Pero antes, en vivo, ¡qué falso el falso suelo!
Qué postizamente suena ahí mismo:
en las paredes tímidas del vecino,
prójimo devuelto a tembloroso pajarito
de olfatear grisú,
a ranita detectora del génesis,
a mula camicace o simplemente a piedra.
En vivo, probad en alto andamio los plurales
y ved quiénes son
los que una y otra vez tropiezan con el sol
y, estruendosamente, del nosotros,
caen.
María Ángeles Maeso. Basura Mundi, Huerga y Fierro, 2008.
Imagen: Herman Volz. Industrial Accident, 1942.
ResponderEliminarAlgunos cantaban bien
Otros, pobres, más a menos
Mas no eran cantos ajenos
Aunque marca no tenían
Y todos se entretenían
Guitarreando hasta el desvelo.
Por ahí se allegaba un máistro
De esos puebleros letrao's
Juntaba tropa e versiao's
Que iban después a un libraco
Y el hombre forraba el saco
Con lo que otros han pensa'o.
Los peones formaban versos
Con sus antiguos dolores
Después vienen los señores
Con un cuaderno en la mano
Copian el canto paisano
Y presumen de escritores.
-De "El Payador perseguido", canto de Atahualpa Yupanqui
Salud, Conrado!
Dos poemas distintos y un solo sentido verdadero. Salud, Loam!
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