En las cercanías de la
Universidad de Stanford, pude conocer otra universidad, más chiquita, que dicta
cursos de obediencia. Los alumnos, perros de todas las razas, colores y
tamaños, aprenden a no ser perros. Cuando ladran, la profesora los castiga
apretándoles el hocico con el puño y pegando un doloroso tirón al collar de
pinchos de acero. Cuando callan, la profesora les recompensa el silencio con
golosinas. Así se enseña el olvido de ladrar.
Eduardo Galeano. Patas
Arriba: la escuela del mundo al revés. Siglo XXI, 2008.
Imagen: Henri Cartier-Bresson. Valencia, 1933.