La Muerte de rodillas mana
su sangre blanca que no es
sangre.
Se huele a garantía.
Pero ya me quiero reír.
Murmúrase algo por allí.
Callan.
Alguien silba valor de lado,
y hasta se contaría en par
veintitrés costillas que se
echan de menos
entre sí, a ambos costados;
se contaría
en par también, toda la fila
de trapecios escoltas.
En tanto, el redoblante
policial
(otra vez me quiero reír)
se desquita y nos tunde a
palos.
dale y dale
de membrana a membrana
tas
con
tas.
César Vallejo. Trilce, 1922. Obra poética completa. Alianza, 1988.
Imagen: Scott Olson. Minneapolis, 2020.
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