DICEN que si a una planta se le suministra una cantidad pequeña de sal, la planta no sólo no muere sino que es capaz de cambiar su metabolismo de modo que cuando, más tarde, se le suministran cantidades mayores de sal, el veneno se asimila como sustancia propia y la planta sobrevive. Las plantas no tienen cerebro. Tienen raíces -¿sinapsis en los pies? A veces ni eso. Viven flotando en aguas o en piedras flotan más quietas. A veces ni eso. Se ovillan en el aire y sólo se abren al estímulo de la gota para hacerse bola de nuevo. Hibernan o no sé. Están vivas aunque no tengan hojas y sean un nido de ramitas marrones pero sin nada dentro. Casi vivas. Vida planta. Espero convertirme en árbol o morir.
Lola Nieto. Alambres, 2014. En (Tras)lúcidas. Poesía escrita por mujeres (1980-2016). Edición de Marta López Vilar. Bartleby, 2016.
Imagen: Hengki Koentjoro
Confiada al gran aliento, me ocupa la materia, de los dedos al suelo tubérculo. Subyace el misterio del pantano pasión, evaporando suspiros añiles con ansia de generación. No acepto lodos veneno de ínfima vida claudicación.
ResponderEliminarDeshaciéndonos, nos hacemos; hundiéndonos, nos elevamos. Gracias a o a pesar de. Salud!
ResponderEliminarLatente, la energía aguarda, impávida y silente...: El asalto.
ResponderEliminarSalud!
El fervor de la semilla. Salud, Loam!
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