Qué deprisa pasa todo
para los esclavos de cien amos.
Qué deprisa las coronas
que segaron piel y anhelos.
Qué despacio las cuchillas
condenadas a lo incierto.
Qué deprisa las afrentas,
los sollozos y las cuentas,
mientras se desvanecen los derechos y los sueños,
llamados a ser piezas de museo.
Qué deprisa se deslava
el porvenir tras las amarras,
donde hubo eslabones quedan facturas.
Vendimos la esperanza a la amargura.
Qué deprisa ancla el olvido
para las conciencias desnutridas.
Qué deprisa el cruel sigilo
maquillado en vil doctrina.
Qué despacio los murmullos
de los un día poderosos y hoy ya huérfanos de orgullo.
Ay del tiempo que todo lo cura,
mientras contempla la sangría de nuestra herida.
Vanessa Basurto. En La tormenta 01. Panfleto de periodicidad irregular para arrasarlo todo. VV. AA. Piedra Papel Libros / Calumnia, 2017.
Imagen: Felix Nussbaum. El refugiado, 1939.
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