¡Negación de lo justo! ¿Por qué no se realiza
lo justo por sí solo? ¿A qué este sufrimiento
de la virtud –que siempre cae abajo en la liza–
del pobre sentimiento, del noble pensamiento?
Sería la existencia como una fuente clara
que fuera, sin obstáculos, al final de su historia.
Besos le tornarían las flores que regara
y ellas las dejaría salpicadas de gloria…
Mas no. Vence lo bajo, lo grosero, lo oscuro.
¿Y qué es de tanta sangre tan en vano vertida?
Y como un prisionero el hombre recto y puro
mira a Dios tristemente amarrado a la vida.
Juan Ramón Jiménez. El corazón en la mano, 1911-1912. En Antología poética. Edición de Vicente Gaos. Cátedra, 1982.
Imagen: Felix Nussbaum. The Damned, 1943-44.
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