I
California,
el Estado de California ama el gas:
un sobrio espectáculo,
una fina y agria lluvia de gas
como el rastro de una tarde amarilla.
Un público selecto
y la sombra del reo:
un lujo intransferible,
una suerte.
También el Alcaide,
un médico,
el Delegado del Gobernador,
del Gobernador de California,
un clérigo, a ser posible metodista,
un par de pantalones,
un cepillo de ropa,
corbatas variadas
(la azul pavo real como una camelia
pronta ya a florecer),
seis camisas de seda,
especialmente la más suave,
la que compré en Florida,
importada de Italia
(pura setta)
con un elefantito de oro
sobre el corazón;
Gilletes,
calcetines de hilo,
un pijama,
un par de zapatillas,
ropa fresca interior,
muy blanca
y tres mudas,
zapatos,
la Visa, American Express,
Borges para el insomnio,
orfidal,
antialérgicos.
Viajar con la TWA es siempre
un lujo de verano.
II
Lilas y crisantemos
(la flor del Japón en otoño).
Matar a un inocente es un placer
que no siempre nos brinda la Justicia.
Hacemos lo imposible
para no equivocarnos.
Rafael Pérez Estrada. La noche nos persigue, 1992. En La palabra destino. Antología. Prólogo, selección y edición: Juan Carlos Mestre y Miguel Ángel Muñoz Sanjuan. Hiperión, 2001.
Imagen: Kirn Vintage Stock/Corbis. Illinois, c. 1938.
Mañana, cuando termine mi jornada de trabajo en el Pentágono, llevaré a mis hijos al 'Club de Campo de la Armada y la Marina' (https://www.ancc.org/Club/Scripts/Home/home.asp?) , donde podrán disfrutar de lo lindo sin la presencia de negros y pobres.
ResponderEliminarSalud!
Bueno, los imprescindibles para que nos sirvan la cena y nos saquen la basura. Hay gente buena de todos los colores y de todas las carteras. Salud y resort!!
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