Su aire altanero llena el camino,
sus monturas y sus corceles relucen a través del polvo.
-¿Quiénes son esas gentes? –pregunto.
-Son los nobles de la Corte.
Cinturones bermejos para los ministros,
bonetes de franjas púrpura para los generales.
Van al festín del ejército
y sus caballos corren como las nubes.
Nueve clases de vino desbordan de sus copas,
ocho manjares preciosos arrancados a la tierra y al mar serán servidos.
Se pelan las naranjas del Lago Tung T’ing,
se hierven los pescados del Lago Celeste.
Hartos, están contentos;
ebrios, su orgullo se acrecienta.
Este mismo año la sequía barre el sur del río.
En Ch’u Chon los hombres se comen a otros hombres.
Po Chu Yi. En Poesía china. Selección, traducción y prólogo: María Teresa León y Rafael Alberti. Visor, 2003.
Imagen: Fan Zeng
Y cuando ya no haya hombres por comer, se comerán hombres virtuales. Hay apetitos insaciables.
ResponderEliminarSalud, Conrado & cia.
O caerán, entre vítores, en un proceso sin freno de autofagia. Salud!
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