Llora, palo de lluvia,
llórame el llanto
del agua
que dejó de llover,
que se fue con el viento
que se fue con las nubes.
Llórame el llanto de los cantos
en los cauces sedientos,
en las fuentes de polvo,
el llanto cascado de las costas secas.
Llora, palo de lluvia,
llórame el llanto de la savia de piedra,
de los yermos sin pájaros,
del desierto sin tiempo.
Llora, palo de lluvia,
llórame,
llórame el llanto de mis ojos huecos.
Conrado Santamaría. Inédito.
Imagen: Sebastiâo Salgado. Mali, 1985.
Tremendo, Conrado. Esta es una de esas excepcionales ocasiones en que el poema te deja sin palabras porque todas están contenidas en él.
ResponderEliminarSalud, poeta!
Dejar sin palabras y proponer hechos. Gracias, Juan, y salud!
EliminarVaya cuanta emoción al leerte. Un abrazo . Besos a los dos!
ResponderEliminarLa emoción es mutua, Margarida. Salut!
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