En las noches hilvanadas por el alumbrado público los propósitos agitaban el sueño de las efímeras criaturas humanas. La vida secreta se había abolido. Les seguían. Los datos de quienes se empeñaban en quedarse al margen eran captados a través de otras personas que los exponían sin reparar en ello.
El siglo iba demasiado rápido. Todo el mundo esperaba que pasara algo, todo el mundo pensaba que ya había pasado. Los más optimistas decían que era un momento de cambio y atisbaban formas nuevas del porvenir. Los más pesimistas decían que era un momento de cambio y atisbaban formas nuevas del porvenir. Los más insignificantes caminaban a tientas entre la vigilancia y la luz.
Voces, archivos, lenguajes, píxeles, como en un remolino, giraban en medio del zumbido de la refrigeración de los centros que los procesaban. Sus dueños trazaban patrones, predecían, pero no sabían interpretar. Y la soledad no se abolía, sino que se enlazaba con otras soledades en un viento impetuoso de tristezas y deseos.
Belén Gopegui Durán. Te siguen. Random House, 2025.
Imagen: Carmen Cicero. Crack, 1989.
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