Me entrené para hacer cosas
que me hacen mal
y el día que me reí fuerte
me mandaron a educarme
estuve a punto de cortar un futuro hermoso
con el filo de un capricho
traté de olvidar mi humanidad
para poder distinguir
el cuerpo de lo importante
sentí estallar mi equilibrio
como liendre entre las uñas
perdí el peso de las palabras
entre lo jodido y lo absurdo,
le di ventaja al sueño
más que al carácter
pretendía luchar por las leyes
y quebré las propias
regalé mi digestión al enemigo
entregué mis intestinos a
secretos transmitidos por saliva
me enamoré más de lo que permitía mi hígado
me alimenté de la cobardía lógica de los tiernos
me escapé por la lujuria
cuando mi electro salió hermoso
ya me había adaptado a la sociedad,
había empezado a creer en la tensión
¿dónde está la inseguridad?
no sé si tener más miedo al estado
al último desamor
o al colorante de los jugos en sobre
¿qué es la inseguridad?
¿la policía
el próximo enamoramiento
o yo?
Cuando los perros me muestran la panza
me hacen dudar
qué es ser buena no sé
creo que no quiero serlo
ya pagué mucho
por intentarlo.
Patricia González López. Otro caso de inseguridad. Santos Locos, 2018.
Imagen: Birgit Jürgenssen. Shuhmaske, 1976.
EL GERENTE (fragmento) - Ray Fernández
ResponderEliminarY se le dio la gerencia al fin.
Y le creció una corbata.
Y en la cara acomodó
esa expresión triunfadora
del arribista que aflora
como un dios tras del buró.
___________________________
Salud!
Condición de los seres humanos: cuanto más arriba llegan más se deshumanizan. Salud, Juan!
Eliminar