domingo, 13 de diciembre de 2015

La educación en "Paradox, rey"



PARADOX

Está bien que fundemos escuelas, pero creo que debemos establecerlas sin maestros.

SIPSON

Este Paradox es un hombre magnífico. Quiere hacer escuelas sin maestros.

PARADOX

Sí, sin maestros, sin profesores, sin autoridad, si les parece mejor.

DIZ

Pero para una escuela se necesitan profesores.

PARADOX

Yo creo que no; el profesor es una especie de papagayo del género Psittacus, familia de los loros.

DIZ

Todo lo que usted quiera, pero es necesario.

PARADOX

No veo la necesidad de los maestros. El hombre puede aprender sin necesidad de maestro.

DIZ

No estamos conformes

PARADOX

Pero fíjese usted en que casi todos los que han sobresalido en una ciencia o en un arte han aprendido su arte o su ciencia sin maestro. ¿Usted cree que hubo alguien que le enseñó a Darwin a observar, a Claudio Bernard a experimentar, a Shakespeare a escribir dramas, a Napoleón a ganar batallas?

DIZ

Pero ésos eran genios; tenían una aptitud clara, determinada; ¿y el que no la tenga?

PARADOX

Por lo menos no se le violentará. Pondremos unos cuantos talleres, en donde puedan entrar los chicos y los hombres. Que vean lo que se hace; si tienen vocación se quedarán, querrán aprender; si no, se largarán.

DIZ

¿Y usted cree que habrá alguno que tenga vocación para estudiar matemáticas?

PARADOX

No, seguramente que no; pero, ¿para qué les sirve ahora estudiar matemáticas? Cuando lo necesiten estudiarán. Hay un grado de civilización material en Bu-Tata que por ahora nos basta y nos sobra. ¿Para qué avanzar violentamente si no sentimos esa necesidad?

DIZ

¿Y el arte?

PARADOX

¡Ah! ¿Pero ustedes también tienen el fetichismo del arte, ese fetichismo ridículo que obliga a creer que las cosas inútiles son más útiles que las necesarias?

GENEREAU

Pero el arte es una cosa útil.

PARADOX

El arte es una cosa llamada a desaparecer, es un producto de una época bárbara, metafísica y atrasada.

SIPSON

¡Magnífico, Paradox! ¡Magnífico!

PARADOX

Y si del arte pasa usted al artista, ¿hay nada más repulsivo, más mezquino, más necio, más francamente abominable que un hombrecillo de esos con los nervios descompuestos que se pasa la vida rimando palabras o tocando el violín?

SIPSON

¡Fuerte ahí! ¡Fuerte!

DIZ

Diga usted entonces que la ciencia también es inútil.

PARADOX

Si me aprieta usted mucho diré que es perjudicial.

DIZ

¿Y por qué?

PARADOX

Porque produce un bárbaro desarrollo del cerebro a expensas de los demás órganos. Y en el cuerpo humano se necesita la armonía, no el predominio.

DIZ

Entonces abajo la ciencia, abajo el arte y vivamos hechos unos bárbaros.

PARADOX

Sí. Vivamos hechos unos bárbaros. Vivamos la vida libre, sin trabas, sin escuelas, sin leyes, sin maestros, sin pedagogos, sin farsantes.

SIPSON

¡Bravo! Vivan los hombres silvestres, aunque sean reyes.

PARADOX

Y ¡abajo las Universidades, los Institutos, los Conservatorios, las Escuelas especiales, las Academias donde se refugian todas las pedanterías!

SIPSON

¡Abajo!

PARADOX

¡Abajo esos viveros de calabacines que se llaman Ateneos!

SIPSON

¡Abajo!

PARADOX

¡Abajo todos los métodos de enseñanza!

SIPSON

¡Abajo!

PARADOX

Acabemos con los rectores pedantes, con los pedagogos, con los catedráticos, con los decanos, con los auxiliares, con los rebeldes.

SIPSON

Acabemos con ellos. ¡Hip! ¡Hip! ¡Hurra!

DIZ

De todos modos, al último no tendremos más remedio que establecer escuelas.

PARADOX

Pero no les enseñemos <<musa musae>> a los chicos.

DIZ

Eso por descontado.

PARADOX

Ni Historia.

DIZ

Naturalmente que no.

PARADOX

Ni retórica.

DIZ

¡Claro!

PARADOX

Ni psicología, lógica y ética.

DIZ

¡Hombre, por Dios!

PARADOX

Entonces acepto la escuela.




Pío Baroja. Paradox, rey. Caro Raggio, 1973.
Imagen: Portada de Paradox, rey,  ilustrada por Julio Caro Baroja

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