2.
supongo que las palabras
estarán de menos ahora que ponéis vuestras pollas sobre la mesa
no sé a qué se debe pero las
nubes huelen a gasolina y tienen apariencia de bidón, es tocarme el bolsillo y
recordar:
todavía tengo fósforos de la
última acampada
la jauría pertenece al amo,
él es quien adora el pan de oro de los policromados en el sótano de las
iglesias. todo es amor por los manantiales de leche fresca, por las cuentas
corrientes
los niños tienen alma de
lápiz
es el que mete a los perros
en las asambleas y en las reuniones de las comunidades de vecinos
el que escarba en el pecho
del enfermo, el que hurga en su sonda
es el que hunde el habano
prendido en el pezón de la madre, en el hijo belfo
el que derrama el alcohol de
las botellas caras en el sexo de las parturientas
sus perros babean, olisquean
la merienda, a menudo ladran y asustan a nuestros niños
sus perros ladran, olisquean
a nuestros niños, a menudo babean y se orinan en los bastones de los ancianos
hombres pequeños o perros que
comienzan a endentecer, que gruñen desafiantes mostrando los colmillos
deslizarán los dedos tras
sus orejas y nos asombrará su calma
me pregunto: si mi casa la
protege un delincuente uniformado: tu primo mi vecino, cualquiera que pueda
velar por la seguridad de una familia, trato de convencerme, yo, aquél, que fue
capaz de confiar su corazón a un depredador hoy que la incógnita ha enraizado
en el jardín y me nacen lengüetazos en el pecho, que siento la piel
reblandecerse
cuando asoman los dientes
incisivos
de tu perro policía:
Gsús Bonilla. Comida para perros. Baile del Sol, 2014
.
Imagen: Elliott Erwitt.
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