Destruir la palabra. Desgraciados.
Expresar nada. Pobres diablos rotos.
Víctimas, víctimas de la sociedad
que os envuelve y vuelve mudos, sordos.
Sea el vocablo. Esta boca es mía.
Construyamos con materiales hondos
y firmes. Si es falso el mundo, alcemos
un anuncio que diga: NO ESTOY SOLO.
Millones como yo mueren de sed
y hambre de palabras que contesten
al slogan
manchado de sangre y oro.
Hoy no es ayer y ya gime el mañana
entre un montón de escombros
alineados:
televisión, anuncios, flash,
periódicos.
[17.9.1970]
Blas de Otero. Hojas
de Madrid con La galerna. Galaxia Gutemberg, 2010.
Imagen: Henri Cartier-Bresson. Michigan, 1960.
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