lunes, 19 de junio de 2017

JANE JACOBS TIENE MIEDO



En el libro Nacimiento y decadencia de las grandes ciudades

hay muchos párrafos que hablan de la seguridad en las calles

y aceras

y también dentro de los edificios en los pasillos galerías y ascensores

y de los ciudadanos que han de estar vigilando desde las ventanas

            o lugares públicos

alerta siempre alerta cuidando lo que pueda ocurrirles a los niños

            que juegan

a las muchachas que regresan alegres y charlando de las escuelas

            y las oficinas

al viejo o a la mujer que ha ido al peluquero o a buscar pan a algún

            supermercado

en fin a todo el mundo incluidos los pobres absolutos y ricos relativos

            y estudiantes y obreros

sean blancos o negros o chicanos y hasta puertorriqueños e irlandeses

desde el hombre que vende hot-dogs en el carrito pintado de amarillo

            que está junto a la plaza

hasta el ejecutivo white collar impecable de horario y vida fijos

y sin saber ninguno quién es el que peligra y quién será el que

agrede

a quién tocará huir o quién será violada por la noche sobre el

césped del parque

ni de dónde saldrán los chantajistas o la banda de sádicos y el 

            solitario que acecha y amenaza

o la joven que roba en las boutiques o escamotea una blusa entre el

            bullicio de unos almacenes

o la misma Jane Jacobs que escribió la experiencia de su vida en

            un barrio

gracias como ella dice a la ayuda que en forma de una beca recibió

            de la Rockefeller Foundation

y todos viven juntos y sin saber que a un tiempo son violadores

            ladrones asesinos

y niños confiados o ancianos apacibles sentados en un banco o

            madres de familia

y la seguridad precisa es una vigilancia de cada uno de ellos sobre

            cada uno de ellos

policía auxiliar sin sueldo y con mil ojos que miran y también que

            son mirados.


Resulta sin embargo que Jane Jacobs tiene miedo y dice la verdad

            pues la vive y la sufre

y hay miles de Jane Jacobs en el anonimato de las grandes y bellas

            capitales

que siguen sin saber qué día ha de salir su foto en las primeras

            páginas de un diario

como asesino o víctima como ladrón o como despojado

y es este miedo oscuro y poderoso el verdadero y gran culpable

            que une y que separa

a hombres lobo y rebaño que llenamos ciudades y ciudades y barrios

            y escaleras y fichas policíacas.





José Agustín Goytisolo. Taller de arquitectura, 1977-1995. En Poesía completa. Lumen, 2009.

Imagen: Bruce Gilden. Mardi Gras. New Orleans, Louisiana. 1975.

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