En el libro Nacimiento y decadencia de las grandes
ciudades
hay muchos párrafos que
hablan de la seguridad en las calles
y aceras
y también dentro de los
edificios en los pasillos galerías y ascensores
y de los ciudadanos que han
de estar vigilando desde las ventanas
o lugares públicos
alerta siempre alerta
cuidando lo que pueda ocurrirles a los niños
que juegan
a las muchachas que regresan
alegres y charlando de las escuelas
y las oficinas
al viejo o a la mujer que ha
ido al peluquero o a buscar pan a algún
supermercado
en fin a todo el mundo
incluidos los pobres absolutos y ricos relativos
y estudiantes y obreros
sean blancos o negros o
chicanos y hasta puertorriqueños e irlandeses
desde el hombre que vende
hot-dogs en el carrito pintado de amarillo
que está junto a la plaza
hasta el ejecutivo white
collar impecable de horario y vida fijos
y sin saber ninguno quién es
el que peligra y quién será el que
agrede
a quién tocará huir o quién
será violada por la noche sobre el
césped
del parque
ni de dónde saldrán los
chantajistas o la banda de sádicos y el
solitario que acecha y amenaza
o la joven que roba en las
boutiques o escamotea una blusa entre el
bullicio de unos almacenes
o la misma Jane Jacobs que
escribió la experiencia de su vida en
un barrio
gracias como ella dice a la
ayuda que en forma de una beca recibió
de la Rockefeller Foundation
y todos viven juntos y sin
saber que a un tiempo son violadores
ladrones asesinos
y niños confiados o ancianos
apacibles sentados en un banco o
madres de familia
y la seguridad precisa es
una vigilancia de cada uno de ellos sobre
cada uno de ellos
policía auxiliar sin sueldo
y con mil ojos que miran y también que
son mirados.
Resulta sin embargo que Jane
Jacobs tiene miedo y dice la verdad
pues la vive y la sufre
y hay miles de Jane Jacobs
en el anonimato de las grandes y bellas
capitales
que siguen sin saber qué día
ha de salir su foto en las primeras
páginas de un diario
como asesino o víctima como
ladrón o como despojado
y es este miedo oscuro y
poderoso el verdadero y gran culpable
que une y que separa
a hombres lobo y rebaño que
llenamos ciudades y ciudades y barrios
y escaleras y fichas policíacas.
José Agustín Goytisolo. Taller de arquitectura, 1977-1995. En Poesía
completa. Lumen, 2009.
Imagen: Bruce Gilden. Mardi Gras. New Orleans, Louisiana. 1975.
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