El muy brillante en sociedad, profesión
habitualmente
tenida como pingüe, logra
lo inverosímil con su sola
presencia o, más aún, con la noticia
simple e interjectiva
de que vendrá después, ha prometido
venir, ya no debe
tardar. Ni líder ni orador,
al auditorio ensimismado arrastra:
consiste en su apariencia
de íncubo, en su noble
manera de sonarse, en las proclamas
de su patriotismo, en su apócrifa
taumaturgia. Jamás oséis
rozar sus entorchados, demostrarle
premuras, distracciones, sueño,
turbarlo en su tribuna: no
os oirá, perdone, es sordo
a contingencias, usa
capitulares para hablar, controla
desde la ojiva de su porte el rango
de los aspirantes. El fuego
apenas si lo daña, sobrevive
a derrumbes, ingiere
muy escasos alimentos, pacta, en fin,
con todo aquel que medra en lo mediocre.
José Manuel Caballero Bonald. Nuevas situaciones (1964-1968). En El grupo poético de los años 50. Una
antología de Juan García Hortelano. Taurus, 1977.
Imagen: Pawel Kuczynski
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