martes, 20 de junio de 2017

RIMADO DE PALACIO



El muy brillante en sociedad, profesión

habitualmente

tenida como pingüe, logra

lo inverosímil con su sola

presencia o, más aún, con la noticia

simple e interjectiva

de que vendrá después, ha prometido

venir, ya no debe

tardar. Ni líder ni orador,

al auditorio ensimismado arrastra:

consiste en su apariencia

de íncubo, en su noble

manera de sonarse, en las proclamas

de su patriotismo, en su apócrifa

taumaturgia. Jamás oséis

rozar sus entorchados, demostrarle

premuras, distracciones, sueño,

turbarlo en su tribuna: no

os oirá, perdone, es sordo

a contingencias, usa

capitulares para hablar, controla

desde la ojiva de su porte el rango

de los aspirantes. El fuego

apenas si lo daña, sobrevive

a derrumbes, ingiere

muy escasos alimentos, pacta, en fin,

con todo aquel que medra en lo mediocre.





José Manuel Caballero Bonald. Nuevas situaciones (1964-1968). En El grupo poético de los años 50. Una antología de Juan García Hortelano. Taurus, 1977.

Imagen: Pawel Kuczynski

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