Quién conoce el volumen
indescribible de las
mutilaciones, los recipientes en
que se almacenan las pérdidas consecutivas de
la sangre,
el escalofriante acorde de
los cuerpos cayendo en
desbandada
por las inmediaciones de una
ciudad despavorida.
Quién conoce el tamaño
de las hostilidades
científicamente programadas
por los mandatarios de rango
superior y sus más
contumaces acólitos,
la aceleración subrepticia
de los procesos de
fabricación
de muertos, la avanzada
metódica del terror
en los distritos suburbiales
medio emboscados en
los vertederos.
Quién conoce la dimensión
precisa de esa
devastación
que recorre las últimas
tribulaciones de la historia
sin rebasar nunca la línea
fronteriza donde se
guarecen los inmunes.
Quién ha oído el estruendo
mayúsculo de las
epidemias
entrando una y otra vez por
los borrascosos
boquetes de la madrugada,
ocupando todo el espacio de
las migraciones,
los tentáculos de la
iniquidad contaminando los
bastimentos de orfanatos y ergástulas.
Quién ha visto la
herrumbrosa herramienta del
hambre
aprestándose a golpear en
las puertas desencajadas
de las casas
cuyos moradores ya han sido
sistemáticamente
diezmados por los mismos que imploran al
altísimo
un poco de piedad para
contrarrestar los estragos
de la sequía.
Quién entre todos ellos
poseerá, dios mediante, la
tierra.
(Felix qui potuit rerum cognoscere
causas.
VIRGILIO)
José Manuel Caballero
Bonald. La noche no tiene paredes,
2009. En Somos el tiempo que nos queda.
Obra poética completa 1952-2009. Austral, 2011.
Imagen: Ciudad abandonada de
Kirovsky, Rusia.
Tremendo...
ResponderEliminar(Hay poemas que es imposible comentarlos si no es con otro que esté a su altura. Nos dejan sin palabras, pero nos abren la conciencia de para en par).
Salud
Pues que nada nos deje sin palabras, Loam, sin conciencia ni rabia.
EliminarEl otro día leí esta afirmación de Caballero Bonald, que me recordó a una de las tuyas: "Siempre he creído que la literatura más duradera proviene de los desobedientes, del distanciamiento frente a los credos dominantes o las observancias más en boga". Salud!
Pues estoy de acuerdo con Caballero Bonald, incluso aplicando su axioma más allá de la literatura.
EliminarUn abrazo.