miércoles, 12 de septiembre de 2018

UNIDAD


Si todos nos sintiéramos hermanos.

(Pues la sangre de un hombre, ¿no es igual a otra sangre?)

Si nuestra alma se abriera. (¿No es igual a otras almas?)

Si fuéramos humildes. (El peso de las cosas, ¿no iguala la estatura?)

Si el amor nos hiciera poner hombro con hombro

fatiga con fatiga

y lágrima con lágrima.

Si nos hiciéramos unos.

Unos con otros.


Unos junto a otros.

Por encima del fuego y de la nieve,

aún más allá del oro y de la espada.

Si hiciéramos un bloque sin fisura

con los dos mil millones

de rojos corazones que nos laten.

Si hincáramos los pies en nuestra tierra,

y abriéramos los ojos, serenando las frente,

y empujáramos recio con el puño y la espalda

y empujáramos recio, solamente hacia arriba,

qué hermosa arquitectura se alzaría del lodo.





Ángela Figuera Aymerich. El grito inútil. Such y Serra, 1952. Reeditado por Tigres de Papel, 2018.

Imagen: Franz Wilhelm Seiwert. Der deutsche Bauernkrieg, 1932.

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