para María Consuelo Tenas e Isabel Vila Vera
1
Porque lo que ve la palmera centinela
o la chimenea de ladrillo de la fábrica blanca
podría ser ese brillo débil, cálido
más allá de los oasis de la ciudad –
y porque esas urbanizaciones baldías
en mustias tierras de labor,
una alquería como un poblado
sobreviviendo ante las continuas recalificaciones,
parecen escenarios para un futuro
que a través de crisis interminables
no terminara de pasar –
“No puedo seguir,” como ella dijo,
en un arranque contra nuestra cansada amiga
y queriendo decir que la política
la dejaba sin palabras
en un laberinto de saldos de franquicias,
rotondas, focos, crepúsculos de los dioses…
2
“Aunque no debo quejarme,” dijo nuestra amiga
aunque exhausta, saturada,
porque muchos no tienen eso siquiera;
están obligados a emigrar
de este lugar desecado como un desierto
con sus aguas salobres
donde el Califato de Córdoba
ordenó un oasis –
y porque esas lágrimas saladas llenaron sus ojos
cuando desde el Valle de Josafat,
en la representación del misterio
de la Muerte y la Asunción, llegaba
una sorpresa anual
escondida detrás del cielo,
de su cúpula pintada de azul pálido, una palmera
que descendía desde el Paraíso.
WOMEN OF ELCHE
for María Consuelo Tenas & Isabel Vila Vera
1
Because what the sentinel palm tree sees
or white factory’s single brick chimney
might be that low gleam, warm
beyond the town oases –
and because these blank developments
in sombre arable land,
a pueblo-like farmstead
surviving before more new concessions,
seem stage sets for a future
which through interminable crises
wouldn’t come to pass –
‘I can’t continue,’ as she said,
in a passion with our tired friend
and meaning that the politics
would leave her lost for words
among labyrinthine franchising outlets,
roundabouts, stoplights, sunset’s boulevards …
2
‘I mustn’t complain though,’ our friend said
though overworked, exhausted,
because many don’t have even that;
they’re compelled to emigrate
from this desert-like, desiccated place
with its brackish waters
where the Caliphate of Cordoba
ordered an oasis –
and because those salt tears filled her eyes
when from the Valley of Jehoshaphat
during their miracle play’s
Death and Assumption there came
an annual surprise
hidden behind the sky’s
pale-blue-painted dome, a palm
descending out of Paradise.
Peter Robinson. Traducción: Amalia García Fuertes y Conrado Santamaría.
Imagen: Dama de Elche
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