en la aldea del apoyo mutuo el nombre ama anda por ahí como una cantinela a las ocho en la penitenciaria de la memoria se llama el principio federativo y la filosofía del progreso lo saben los codos del soldado que pasan de uniforme en uniforme el nombre por la manera en que los hiladores dicen no a la semana de cincuenta y siete horas y media las palabras atadas por los fabricantes a las mulas 1855 en las fábricas textiles catalanas el nombre de la voluntad es la facultad de decidir y ordenar la propia conducta las madres entran en el sueño en los sanatorios minuciosamente repetida envejece la misma estrella el nombre es favorable a la decisión de uno mismo se llame emancipación o se llame los desheredados los libros como los arrozales entierran sus sienes bajo el tiempo de las instauraciones el sudor la saturación de las grasas allí firma cada uno su rostro se posa en las sandalias de esparto para pertenecer a la aldea pacta sus huesos con el verano es el desierto quien presta sus peldaños a la escalera de jacob es el nombre quien dice cuanto los labios imitan definitivamente otra bondad que el saber desconoce una destilación de cebada que desvanece el rigor de la autoridad su himno movedizo dice algo a los padres famélicos se despide de la revolución en la calle pushkin los suprimidos se afilian a la federación de resistencia al capital los cucharones entran en la posesión del estado a remover el caldo de los procesos y el nombre que no había dicho tierra ni pronunciado libertad habla y dice tierra y dice libertad con su sola mirada el nombre es juicio habla con la pérdida y con lo que va hacia lo último de su verdad el nombre muerde su propia indefensión de lenguaje se desangra como los cerdos que la buena gente cuelga de los ganchos no grita el nombre para que se le entierre se sirve otra jarra de vino en la que los alguaciles echan sus cobres los perros los caballos a su manera son nombre la justicia humana arrojando sustento a las esposas abofeteadas tras la algarada del domingo poco antes el nombre ya ha gritado ¡viva la anarquía! pide sueño a la noche que se apropia con los dientes de las tierras comunales pide una biblioteca donde apoyar la mentalidad enseñanza mixta cooperativas escuelas racionalistas para las clases pobres sometido a la anticipación de lo invisible se levanta el nombre sobre los escombros de la guerra se concilia con las sociedades obreras y la resistencia a las hambres dice unión y solidaridad porque así el nombre nombra la acción directa que trae la ausencia de significados previos a las ciudades a las zonas industriales a los poblados mineros para hablar del beneficio para exigir la condición de la mujer para denunciar la explotación de los menores el nombre está ahí y significa lo que grita el sol desnudo el infinito metro cuadrado de los esclavos ¡libertad para todos! el ser desnudo el nombre desnudo del sol el alcohol de la vida
Juan Carlos Mestre. Museo de la clase obrera. Calambur, 2018.
Imagen: Paul Signac. Au temps d’harmonie: L’Âge d’or n’est pas dans le passé, il est dans l’avenir, c. 1896.
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