Yo, que no iba a haber caído, caí como cualquiera
aluciné felicidad viéndote serte allí como para mí
en esa otra vida que no creamos
cuando nos creímos aturdida sangre en adagio
y tus antílopes mirándome
(tristísima corazonada)
Yo que venía de un sótano en aguacero
dejé irse de mi cara / salir de mi casa
a la persona que fui cuando te amaba
la vi coger sus pasos rápido sin intención de volver
con las palmas hacia el cielo
(y nada es importante ya aquí abajo)
Silvi Orión. En Voces del Extremo. Poesía y economía. Coord.: Ángela Orihuela Martín. Amargord, 2021.
Imagen: Olga Karlovac
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