El hormiguero es un ejemplo curioso
de sociedad organizada.
Qué fácil puede ser pisar una forma de vida
y destruirla si solo te limitas a mirar al cielo.
El diablo juega con nosotros,
mientras nosotros jugamos a ser el diablo.
Todo – es – un juego – en este cuadrilátero
donde todo vale, y ya nada tiene valor.
Cuando me sepultan escarbo hasta salir de la tierra,
hasta encontrar a la luna al final del lienzo largo,
de este nuevo amanecer.
Los finales que conozco, siempre,
siempre, son el principio de otra historia.
Solo soy una hormiguita que guarda los rayos de sol
para no pasar frío en invierno.
María Luisa Domínguez Borrallo. En Voces del Extremo. Poesía y economía. Coord.: Ángela Orihuela Martín. Amargord, 2021.
Imagen: Misha Gordin
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