Ahora que el viaje ha resultado ser
una estafa
que se paga con los ahorros de toda una vida,
ahora que ha caído la noche en medio del océano
sin que dejaran
una sola manta en el bote,
ahora que deshidratados y con principio de inanición,
ahora
que las alarmas y los focos de los guardacostas
han salido a nuestra captura
-o nuestro rescate-
para nuestra deportación o desahucio,
expolio
o expatriación,
y después de que hayan aparecido los primeros cadáveres
flotando
en la orilla de un alféizar
de la ventana de un quinto piso,
reitero:
por muy distinto que sea el color
de nuestra patera,
todos somos hermanos
hijos
de un mismo
capitalismo.
Iván Rafael. En Campamento dignidad. Poemas para la
conciencia. Baladre, 2013.
Imagen: César de la Peña.
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