Para Eugenio Montes, piloto ultraísta
Detrás de nosotros
dejamos un rastro de cadáveres.
A cuántos los quisiéramos resucitar
y darles su sol y su cantar y su sonrisa
Nada hay que pueda ponerlos en pie
De algunos nos hemos traído el perfume
pero ellos van en sus cajas negras
río abajo.
Publicado en Grecia, nº XLV, 1 de julio de 1920.
Lucía Sánchez Saornil. En Peces en la tierra. Antología de mujeres poetas en torno a la Generación del 27. Edición de Pepa Merlo. Fundación José Manuel Lara, 2010.
Imagen: Semión Agroskin. Avión, 2011.
Y aquí me aparece Teresa Wilms Montt con su "Autodefinición"
ResponderEliminarQue es un poema que desde que me lo trajeron no deja de visitarme. Si este que dejas me habla del después, de un después que nos pone en un sitio menos basado en las pódiums y las competencias, el que te pongo me habla del durante y de mirar para desvelarse:
AUTODEFINICIÓN
Soy Teresa Wilms Montt
y aunque nací cien años antes que tú,
mi vida no fue tan distinta a la tuya.
Yo también tuve el privilegio de ser mujer.
Es difícil ser mujer en este mundo.
Tú lo sabes mejor que nadie.
Viví intensamente cada respiro y cada instante de mi vida.
Destilé mujer.
Trataron de reprimirme, pero no pudieron conmigo.
Cuando me dieron la espalda, yo di la cara.
Cuando me dejaron sola, di compañía.
Cuando quisieron matarme, di vida.
Cuando quisieron encerrarme, busqué libertad.
Cuando me amaban sin amor, yo di más amor.
Cuando trataron de callarme, grité.
Cuando me golpearon, contesté.
Fui crucificada, muerta y sepultada,
por mi familia y la sociedad.
Nací cien años antes que tú
sin embargo te veo igual a mí.
Soy Teresa Wilms Montt,
y no soy apta para señoritas.
Gracias, Virto, por este poema que no conocía, lleno de insurrección. Dos grandes mujeres, dos grandes olvidadas. Salud!
ResponderEliminar