Accidente: un suceso imprevisto,
repentino,
casi 39 grados en plena alerta,
un hecho inesperado
que no se podía prever,
barría la calle de julio sin sombra,
un acontecimiento ajeno a la voluntad humana,
en uniforme de poliéster,
un suceso inevitable, el destino,
sufrió un golpe de calor.
Nos construyen la fatalidad.
En el ordenador de la víctima una búsqueda reciente:
cómo parar un golpe de calor.
Nos construyen la fatalidad.
(José Antonio González era un trabajador de la limpieza de Madrid)
Amalia García Fuertes. Inédito.
Imagen: Federico Patellani. Gaeta, 1952.
'Condolencias': Despacho grande. Mobiliario cómodo. Mesa amplia. Luz modulada. Temperatura perfecta. Personal servicial. Comunicado breve. Hacemos llegar nuestro pésame a la familia. (Y a otra cosa, mariposa).
ResponderEliminar.................(José Luis Martínez-Almeida es alcalde de Madrid)
Salud!
Protocolos contra alfombras, despachos, poltronas y parásitos ya. Salud!
EliminarHoy se me quedan cortas las palabras.
ResponderEliminarY a veces las palabras no bastan. Salud, Chiloé!
EliminarNo, no bastan. Los datos de siniestralidad laboral en este país son devastadores.
EliminarCierto, Chiloé. Pero conviene puntualizar. Si en medio de una terrible tempestad, un barco con todos sus sistemas de seguridad en regla naufraga, los náufragos serán considerados víctimas de un 'siniestro'. Si por el contrario el barco no contaba con dichas medidas, los náufragos serán considerados víctimas de un delito de homicidio por negligencia, del cuál será responsable la naviera, el armador. Un crimen no es un siniestro, es un crimen.
EliminarSalud!
Tienes razón, pero en ese caso concreto la jurisdicción penal lo consideraría homicidio imprudente. Lo contrario sería asesinato.
EliminarTambién suele llamarse, y no sin razón, terrorismo patronal. Salud, Chiloé y Loam!
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