Una ladera arcillosa en la mirada,
redobla el óxido turbio del silencio
que golpea, una y otra vez
la edad solidificada,
la semilla engendradora,
la lactancia seca
de un soliloquio universal.
El sol vertiginoso que nunca se consume,
se abisma y talla los pechos desabridos,
arrodillados y mustios,
colgando de las bocas inflamadas e inertes,
cuyo aliento de sal y azufre,
solfea sigiloso en voz baja
ahuyentando la pátina de los sueños.
Los párvulos se duermen al trasluz
de un réquiem de cuchillos
sediento de calostros, y maniatado,
a la cárcava de los insomnios talados
que lloran la redondez rota
de una madre en el desierto.
Rocío Biezma. Lactancia Seca. Editorial Autografía, 2021.
Imagen: Reuters. Rafah, 2024.
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