Toda la Historia fue un malentendido.
Si hoy Craso y Espartaco se encontraran
en la cervecería, liberado
ya aquél del poderío y de la púrpura
y el hedor de la sangre, éste del hierro
que le oprimió el tobillo antes de herirle
del último zarpazo,
podrían dialogar tranquilamente,
risueños, divertidos, asombrados
de que ¿por qué minucia? tan distintas
transcurrieran sus vidas. (Lady Macbeth
erró al creer de Arabia los perfumes
incapaces de hacer blanca su mano,
sin letal pestilencia. Basta el tiempo
y acaso el turbio aroma de los cómplices
y nada más para borrar el crimen).
Mauthaussen fue un error; Chatila y Sabra
no significan más que el gesto torpe,
sin estudiar, de un mal actor novato,
pero que al fin domina el escenario
y el público le aplaude
porque supo, maduro, dominarse
y hacer que se olvidara lo molesto
difuminado en la distancia. Nadie
fue quemado en la hoguera por negar
la enseñanza del Papa; en todo caso,
no es sensato guardar tan viva imagen
de un suceso anecdótico, ya viejo,
sólo un simple y vulgar malentendido,
que no impidió el progreso de los hombres
hasta alcanzar la bomba de neutrones,
la pasión comedida, el aprobado
vital donde se esconde el conformismo,
donde nada recuerda tanta infamia
reproducida ahora, en este instante
que olvidarán también en el futuro
mis hijos y tus hijos si se encuentran
en la cervecería, sin memoria.
Carlos Álvarez. Memoria
del malentendido, 1989. En Seguiremos
sembrando. (Antología 1984 – 2010). Bartleby, 2016.
Te sugiero leas este acertada reflexión. Salud
ResponderEliminarhttp://kaleidoskopiodegabalaui.blogspot.com.es/2016/05/antifascismo.html
Buen artículo. Hay también un librito "FBI (Fascismo de Baja Intensidad)", en donde Antonio Méndez Rubio trata el mismo asunto con parecidos argumentos. Desgraciadamente nos estamos acercando, si no es que vivimos ya plenamente en ella, a la sociedad totalitaria de control, represión y mentira que Orwell pintó en "1984". La paradoja –o no tanta paradoja- es que mientras Orwell denunciaba en su libro el estalinismo, la distopía totalitaria la ha culminado sin apenas oposición el liberalismo económico. Y en esta labor ha sido determinante, como dice Gabalaui, la apropiación y desemantización del lenguaje.
Eliminar“La cuestión – insistió Alicia – es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.
La cuestión – zanjó Humpty Dumpty – es saber quién es el que manda… eso es todo.”