Iremos
río
abajo
hasta
la
desembocadura
de légamo y lenguaje.
No cesa de manar
cada grieta
en su herida
y
el curso
de torrentes
y arroyos
permanece inscrito
en embarrados
títulos de propiedad y pertenencia,
como si la vida
pudiese poseerse
o
cotejarse.
Pero
insiste el agua
:
anega
el gentilicio,
las hurañas insignias
de la
tribu.
Disuelve
todo epíteto carnal.
Que nos amen
sin nombre
o
filiación.
Solo desnudos,
libres
y
exaltados.
María Ángeles Pérez López. En María Ángeles Pérez López . Poesía a Orillas del Órbigo. In memoriam Elena Santiago. Veguellina de Órbigo, julio 2021.
Imagen: Hengki Koentjoro
“Solo desnudos, libres y exaltados”.
ResponderEliminarMagnífico poema. Gracias, Conrado.
Así la vida y la palabra. Gracias a la poeta, y a ti, LaNanaFea. Salud!
EliminarAsí la vida y la palabra, hoy:
ResponderEliminarCLIMATOLOGÍA EXTREMA
Sentada en la piedra canícula;
tumbada en la hamaca de punto piqué,
se pregunta qué ración aguada caerá;
qué tan cerca el bistró a la aguja del tacón.
De noche el llanto cavernoso de la tienda;
eructos de cebiche de ballena tropical.
Agrias lágrimas regando pies insomnes;
hastío de jaqueca matinal.
De desayuno
el aroma igualitario del hambre;
la previsión gimnástica del croissant.
¿Quién suda mantequilla o devastación?
La negrura indeleble del párpado sin dios;
las ojeras flatulentas de sueño remolón;
Afuera
las pestañas polvorientas de callejón reticular;
reflejado en el escaparate de televisores
el craquelado de beige corrector;
su estampa de refugiada en el noticiario;
su mirada ciega saltando pantallas.
¡Maldita climatología extrema
en su bastión de lujo y sudor!
Qué bueno sentir las palpitaciones vallejas de la indignación, la denuncia, la humanidad. Gracias por el poema, LaNanaFea. Salud y desestructuración!
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