Tanta casa sem gente, tanta gente sem casa.
Ahora que ves
el tamaño del desastre:
kilómetros de estructuras metálicas
abandonadas
toneladas
de hierro fundido
a la intemperie
espacios inútiles
que cobijan la nada
aire que entra y sale
sin compromiso
nidos de cigüeña
en lo más alto de la codicia
en el amor por el dinero
ramas secas, barro, hierbajos
como una lección de la naturaleza.
Gsús Bonilla. Viga. Ediciones liliputienses, 2015.
Imagen: Tish Murtha
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