La carretera 61
Y medio a medio del cielo sobre el mar suspendidas
las ciudades parecían caras mirándonos
Agrandándose como los ojos de Dios mirando al tipo en
el amanecer fosforescentes ordenándole que matara a
su hijo
Mostrándole las ciudades de sangre y los infinitos hijos
sacrificados que confluían hacia ellas rodeándolas Ya
vimos esas ciudades esas largas auroras los cielos
ondeando parecían decir los sacrificados y nosotros
éramos esas sangrientas caras esas ciudades de sangre
la sangrante carretera de muertos recostándose en el mar
Raúl Zurita. Zurita. Editorial Delirio, 2012.
Imagen: Hengki Koentjoro
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