A Mario Santiago Papasquiaro
Me he entacuchado para la ocasión
con una camisa de palabras, sus tirantes,
y qué le puedo decir que no haya dicho ya a altas horas
de la madrugada en la juerga infinita que es la noche sevillana
hablándole a unas amigas, poetas, cineastas
y sus perras conciencias
sobre ese anarquista de la palabra y sus secuaces, sobre la
ferocidad de sus nombres, lo revolucionario de sus sueños.
Infra soles míticos que me han acompañado sin saberlo en mi
propia noche más oscura del alma, mis duelos, sus migraciones.
He sido bien pinche feliz leyendo los márgenes de Papasquiaro,
este renegado insólito de la realidad,
y el espejo de su cerebro que se persigue
como un tierno girasol, y que te agarra desprevenido
como un cruel “córrele que te alcanzo” al filo de tus propias pesadillas,
pedacito de existencia fugaz.
Martilleando filosófico las orillas de tus tradicionales conceptos estéticos,
la economía bancaria del lenguaje, los duendes de la corrección lingüística,
sus sogas-promesas de una beca, un premio, el fallido estado de bienestar, la ruptura
de la estabilidad en medio de la famosa especulación de palabritas bien ordenadas
o el espectáculo de lo literario. Que últimamente no tenía nada que ver
con el placer/milagro/tormento de escribir.
En su época o ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Ai Weiwei, como el arquitecto chino que se fue a Tepito
y ya se andaba quedando con la banda.
Esta libertad me ha contagiado tu trote, tu andar de nopal
herido, y flor sorprendente, tus palabras como taco de lengua extasiada,
me has enseñado básicamente que se puede uno vestir de poeta
sin traer los puños almidonados, y más bien los colmillos afilados
para hincárselos a la broma de ser nada.
He fallado atrozmente porque ante la velocidad de tus palabras,
tu conciencia,
nada podía atraparse. Y qué bueno porque si así fuera,
Mario Santiago,
el camino ya se habría terminado.
Sofía Sánchez. En Poesía inédita. 46 poetas, 46 encuentros. AA. VV. Coordinación y prólogo: Uberto Stabile. Garvm, 2024.
Imagen: Rafael Coronel. Sin título, 2016.
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