Preparamos la casa
para nuestros amigos.
Los trastes viejos
los escondimos en el cuarto
de los chécheres.
Las telarañas
las deshicimos a escobazos.
Barrimos debajo de la alfombra.
limpiamos las paredes
para nuestros amigos,
hasta que el blanco-durazno
se volvió un blanco-hueso
y luego un blanco-blanco.
Encendimos la TV.
Vimos, sin ver, las noticias.
Escuchamos las sirenas.
Luego, más sirenas.
Después, el silencio.
Lavamos la ropa sucia.
Confundimos el sonido
de la máquina
con el de los helicópteros.
El televisor escupió un par más
de mentiras.
Decidimos que estaba listo:
que la casa estaba lista,
que nosotros estábamos listos
para nuestros amigos.
Esperamos largo rato,
sentados en la sala.
Preparamos la casa,
nos preparamos con la casa,
nunca llegaron.
John Gómez. Baladas baladíes. Sátiro, 2021.
Imagen: Antonio Fillol Granell. Después de la refriega, 1904.
Conozco ese alegre ritual y esa dolorosa frustración. Aunque también hubo veces que el sol, inesperadamente, llamó a la puerta en medio de la noche.
ResponderEliminarConrado, te paso este enlace por si no lo tienes. Se trata de la poesía completa de José Saramago. Salud!
https://descargarlibrosenpdf.wordpress.com/wp-content/uploads/2017/05/saramago-jose-poesia-completa.pdf
★
Ese resplandor en medio de la tiniebla, lo más grande!
ResponderEliminarGracias por el enlace, Loam, lo leeré con aprovechamiento.
Salud!