Cementerio de vivientes,
cárcel de sueltos, España,
vivientes sueltos, –no vivos
libres– que la suerte arrastran.
Manicomio de sensatos
con cordura de alimaña,
sentido común que ahoga
la mollera con su grasa.
Convento-cuartel que incuba
la hiel recocida y gualda
que muerde y no come, madre
de la santísima gana,
de la siesta de modorra,
del «no importa», de la zambra,
del olé, el ¡viva la Virgen!,
del mañana y de la nada.
Miguel de Unamuno. Cancionero. Diario poético, 1928-1936. En Antología poética. Introducción y selección: José María Valverde. Alianza Editorial, 1977.
Imagen: Ramón Masats. Barcelona, 1953.
"Manicomio de sensatos / con cordura de alimaña". Versos contundentes que inquieren y dejan sin resuello: ¿qué es el aire que cada mañana respiramos? Con esto ya bastaría para empezar a comprender el lugar de lo ordenado, lo invivible del sometimiento a un "yo" insaciable de más yo.
ResponderEliminarSalud!
Cien años después seguimos respirando el mismo veneno. Y, por otra parte y para mayor sarcasmo, el autor se dejo hechizar también por ese yo de lo invivible. Salud, Joan!
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