caen dos
palabras moribundas un reptil
abre la boca curva
el cuerpo lagrimea ¿cómo?
Pallaksch –me dice–
Pallaksch –me dice–
saliese o no su alma
diminuta del frasco de la boca a
trompicones sufre qué
dices que se vuelva para volverse nada
pronuncia el hueco ensordecen
esas puntas de lengua
muy solas en nombre
de un sinnombre
se las lleva a rastras
a remolque
mudo el
reptil.
Lola Andrés. En En Poesía inédita. 46 poetas, 46 encuentros. AA. VV. Coordinación y prólogo: Uberto Stabile. Garvm, 2024.
Imagen: Laurent Millet. Serie Le bestiaire, 2005.
Hölderin, en el puente y como buen poeta, balbuceaba: se había vuelto niño. El reptil no. El reptil es mudo. En el reptil no hay palabra, ni siquiera ruido.
ResponderEliminarDe poetas y reptiles en un mundo sin moral. Salud, Joan!
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