No limpian las palabras.
Alumbran una isla en el
lugar
del miedo y extienden una
rama
al paso de los pájaros. Acogen
cuanto nace del hambre de
las cosas
y mueren en silencio.
Pero su amor no limpia.
Como no limpia el llanto el rastro
de estar vivos.
Ada Salas. La sed. Hiperión, 1997.
Imagen: George Tooker. Woman at the Wall, 1974.
No hay comentarios:
Publicar un comentario