Lo querían matar
los iguales,
porque era distinto.
Si veis un pájaro distinto,
tiradlo;
si veis un monte distinto,
caedlo;
si veis un camino distinto,
cortadlo;
si veis una rosa distinta,
deshojadla;
si veis un río distinto,
cegadlo…
Si veis un hombre distinto,
matadlo.
¿Y el sol y la luna
dando en lo distinto?
Altura, olor, largor, frescura, cantar, vivir,
distinto
de lo distinto;
lo que seas, que eres
distinto
(monte, camino, rosa, río, pájaro, hombre):
si te descubren los iguales,
huye a mí,
ven a mi ser, mi frente, mi corazón distinto.
Juan Ramón Jiménez. Una colina meridiana, 1950. En El ojo no visto del mundo. Antolojía de prosa y verso. Compilador: Antonio Orihuela. Amargord, 2016.
Imagen: Chema Madoz
Enorme JRJ.
ResponderEliminarSalud, poeta.
Tiene tela el moguereño. Salud, LaNanaFea!
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