…un buen poema
por más bello que sea, será cruel.
Joan Margarit
Pero no es la belleza. Ni es tampoco
el asombro que vierte la palabra
formando claridad en su contorno.
Lo único imprescindible es esta herida
por donde entra a empujones el poema.
Viene muy malherido. Se desangra
igual que un niño entre las manos
terribles de Israel.
Tiembla en mis dedos.
¿De qué sirve decir cuánto me duele
no darle vida?
Intento levantarlo.
Pero son muchos los cadáveres
que lleva dentro en su interior y el peso
hace que se deslice hasta la nieve
que ha caído esta noche y se emborrone.
¿De qué sirve decir que me hace daño
el inútil rumor de su agonía?
Sólo queda su boca sin sonido
como testigo helado de la noche.
Todo el horror, absorto como un pájaro,
dormita en su penumbra. Bastaría
para que despertara una palabra
que dice Palestina y avergüenza.
¿De qué sirve decir que todo el frío
con que este invierno me avasalla el pecho
proviene de un lugar que no conozco,
de un sufrimiento sombra de sí mismo?
¿De qué sirve decirlo en este idioma
de nombrar el amor como metáfora?
Desde el televisor llega a mis ojos
el resplandor de Gaza describiendo
la crueldad de un poema que no quiso
vivir para contar que estaba muerto.
Angelina Gatell Comas. En Entre los poetas míos… Angelina Gatell Comas. Colección antológica de poesía social, vol. 107. Biblioteca virtual Omegalfa, 2017.
Imagen: Franja de Gaza destrozada por los bombardeos de Israel. Mohammed Saber
Esa tierra ha embebido ya tanta sangre
ResponderEliminarque bien podría
espantosamente llamarse
La Esponja de Gaza.
Salud!
Y habrá que repetirlo una y otra vez hasta que la esponja quede limpia. Salud!
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